Hace tiempo que quería fotografiar una flor.
Hice algunos intentos pero los resultados no me satisfacían
porque, en general, la imagen no era suficientemente nítida para mi gusto. Se
veía desenfocada. Para conseguir una mejor profundidad de campo cerraba más el
diafragma y reducía la velocidad del obturador, pero entonces el viento movía
la flor que se empecinaba en salir borrosa. A veces la flor estaba muy cerrada
o, al contrario, estaba muy abierta -me he encontrado flores que están abiertas
por la mañana y, en cambio, por la tarde se cierran aunque todavía hay luz.- En
fin, por unas u otras razones fotografiar una flor era una tarea pendiente así
que aprovechando la llegada de la primavera me puse a ello.
El día se levantó radiante. Hacía mucho sol, lo que
aseguraba una buena fuente de luz y temperatura de color. -Bajo los rayos de
sol los colores se magnifican e incluso las texturas más delicadas adquieren
relieve.- Busqué una planta de flores grandes y llamativas que resultó ser una
de las plantas más feas del jardín. Monté la cámara en el trípode y busqué el
mejor ángulo para disparar.-No creáis que es tarea fácil encontrar un buen
ángulo pues el sol, no sé porque, se empecina en quedar siempre a mi espalda
con lo que al instalar la cámara en el lugar de la toma hace sombra atenuando el
relieve y el colorido.- En fin, hay que tener paciencia y usar la imaginación
para poder captar el brillo del sol en los pétalos y que el color se vea
luminoso y con toda su intensidad.
La flor se lo merece y no voy a ser yo quien limite su
esplendor.
Soy de la opinión de que ninguna fotografía puede suplantar
el espectáculo que proporcionan las flores pero cuando llegue el invierno y la
planta este seca, como muerta, miraré esta fotografía y recordaré que pronto
llegará otra vez la primavera.
¡Hasta pronto!
jmartinezbert