miércoles, 20 de marzo de 2013

Fotografiar con mal tiempo


Fotografiar con mal tiempo
Hace unas semanas tomé la carretera de la costa desde El Masnou hasta Barcelona. Eran las 6 de la tarde y el sol estaba escondido detrás de una maraña de nubes que amenazaban lluvia. El viento agitaba el agua del mar que se veía gris como el cielo. Al fondo la silueta de Barcelona se recortaba contra el horizonte dibujando su característico contorno.
Me quedé prendado por el espectáculo pero no llevaba la cámara pues había salido con el día lluvioso a hacer unas gestiones y no podía entretenerme en el camino. A pesar de todo fui despacio con el coche tratando de localizar posibles sitios donde parar cuando volviese cámara en ristre.
El sábado pasado el tiempo era muy parecido al de aquel día, así que ni corto ni perezoso decidí coger el coche y acercarme al rincón que escogí hacia unas semanas para cuando llegara el caso.
Esta vez iba bien preparado, o al menos eso era lo que yo creía.
En la bolsa llevaba la cámara, portafiltros, filtros, disparador, flash y equipo de limpieza para las emergencias. En la mano, el trípode que suele acompañarme en casi todas mis salidas.
Después de andar un ratito me acerque al mar tratando de buscar un emplazamiento desde el que disparar. Me acordé de los consejos de Enrique Fernández Ferrá (http://efferra.blogspot.com.es/2013/02/5-consejos-esenciales-para-mejorar-tus.html) y cámara en mano fui moviéndome hasta encontrar el encuadre adecuado. Fue entonces cuando coloque el trípode y monté la cámara en él. Ajusté el objetivo para encuadrar con más exactitud, hice las mediciones, coloqué un diafragma suficientemente pequeño para garantizar una buena profundidad de campo y realicé un disparo de prueba. Revisé la imagen pues quería comprobar que las rocas del primer plano quedaran bien enfocadas. Mientras tanto todo delante de mí iba cambiando. El mar se iba agitando cada vez más. El viento arrancaba el agua del mar y la traía a la playa esprayándola por doquier. Las nubes corrían cada vez más deprisa y donde antes había claros ahora había nubes y donde había nubes se abrían claros. El fotómetro no paraba de moverse así que, a grandes males grandes remedios pensé, y disparé una serie de fotografías seguidas (pero no a ráfagas) para escoger después la que estuviera mejor.
Me quité las gafas para revisar las últimas fotografías tomadas y fue entonces cuando me di cuenta de que las tenía completamente llenas de gotitas de agua que empañaban todo el cristal. Las limpie pensando que si las gafas estaban así el objetivo también lo estaría y, efectivamente, tuve que limpiar y secar concienzudamente todo el equipo antes de realizar la última tanda de fotografías, esta vez sí, dándome toda la prisa posible para disparar antes de que el agua volviese a empañar el equipo.
El resultado fue un montón de imágenes manchadas por las gotas de agua y solo unas pocas, las tomadas al principio y al final de la sesión, que libres de salpicaduras me sirvieron para seleccionar la que aquí os presento.
A partir de ahora cuando salga a fotografiar con condiciones meteorológicas adversas recordaré muy mucho que el agua puede venir de arriba pero también de abajo.
¡Hasta pronto!
jmartinezbert

domingo, 10 de marzo de 2013

Las mujeres de Vadim Stein



Las mujeres de Vadim Stein
Soy un asiduo de Art Limited y, a menudo, yendo de allá para acá me encuentro con las mujeres de Vadim Stein (http://14991.portfolio.artlimited.net/?tabid=10) que me atrapan en la contemplación de sus cuerpos.
No sé qué tienen esas mujeres pero estoy casi de acuerdo en casi todo lo que dice Triunfo Arcienagas en su blog sobre las mujeres inventadas de Stein (http://triunfo-arciniegas.blogspot.com.es/2012/03/vadim-stein-mujeres-inventadas.html). Y digo en casi todo porque no comparto que esos cuerpos te transporten al “oscuro y miserable territorio del deseo”. Creo que los cuerpos de las mujeres de Stein son curvas, son dibujos, son danza, están hechos para la contemplación, para ser admirados y tocados con los ojos pero para nada te transportan a ningún territorio oscuro ni miserable.
Soy de los que piensan que los cuerpos perfectos no existen, así que intuyo que el mérito de Stein reside en convertir cuerpos (a secas) en obras de arte. Cuerpos imperfectos en cuerpos que se ven perfectos. Todo está hecho con sumo cuidado para dotar a la fotografía de la máxima plasticidad pero en un plano irreal. Las mujeres, tal como él las muestra se ven distantes y frías. No contactan para nada con el espectador porque Stein no pretende establecer una comunicación. El mensaje solo viaja en un sentido, de Stein hacia quien contempla. No necesita saber tu opinión. Ya la sabe. Sus mujeres son perfectas. Son irreales. Son inventadas.
En el polo contrario encontramos artistas como Arturo Martínez (http://arturom.es/index.html) -pero hay otros- que en su escultura “Nudista” muestra un cuerpo de mujer perfectamente imperfecto. Robusto y rechoncho como muchos cuerpos de los que vemos cotidianamente. Ni más feos ni más bonitos que los de las mujeres de Stein, simplemente diferentes.
A mí, particularmente, me resultan más espontáneos, más próximos y naturales los cuerpos como los de la Nudista pero, al final, todo es cuestión de gustos así que cada uno escoja el que más le guste.
¡Hasta pronto!
Jmartinezbert

Nota: La escultura Nudista se encuentra en el Paseo de la Libertad en Albacete. La fotografía de la escultura que ilustra el post es un fotomontaje no correspondiendo el entorno mostrado con el de su situación real.