No sé exactamente la posición que ocupa la fotografía de viajes dentro del espacio general de la fotografía. Yo la asocio más a la fotografía documental que a la artística pero la frontera no esta tan perfectamente definida como sería de esperar.
Si es fotografía documental debería ser un reflejo exacto de la realidad. Sin retoques ni manipulaciones que cambien la percepción de lo que vemos aunque, todos sabemos que el mero hecho de encuadrar ya es en sí una deformación de la realidad pues solo mostramos una parte de la misma y, puestos a eliminar, tanto da recortar reencuadrando que eliminar cosas con Photoshop.
Si es fotografía artística, entonces hemos de admitir que el autor plasme en la imagen su propia visión aunque esta no coincida en absoluto con la imagen real del lugar.
Y en esta tesitura lo mejor es que cada uno haga lo que venga en gana.
Por cierto, la fotografía de Harry Fisch que gano el premio del National Geographic en la versión “Places” el año 2012 fue descalificada porque se había eliminado con Photoshop una bolsa de basura que aparecía junto al borde derecho de la imagen. Si la imagen se hubiera reencuadrado o recortado hubiera sido buena (y, digo yo, que si Harry Fisch hubiera retirado la bolsa antes de hacer la foto también).
Tal vez la clave está en no juzgar las fotografías sino a los fotógrafos.
Para ilustrar este post os dejo una fotografía retocada. Se han eliminado personas con Photoshop pero el puente es tal como se ve en la imagen.
Espero que os guste.
¡Hasta pronto!
jmartinezbert