lunes, 8 de abril de 2013

Patos escondidos (o de como echar a perder una foto por no repasar los ajustes de la cámara).


Patos escondidos (o de como echar a perder una foto por no repasar los ajustes de la cámara).
Suelo desplazarme a las carreras, maratones, medias maratones y otros eventos deportivos que se organizan en los alrededores de mi ciudad y estoy acostumbrado a fotografiar elementos en movimiento. Soy de los que les gusta que el movimiento se vea porque transmite al observador esa sensación de velocidad que las imágenes “congeladas” no son capaces de mostrar.
Para disparar en el momento oportuno mantengo abiertos ambos ojos. Mientras con uno sigo al sujeto, con el otro en el visor controlo en encuadre y en cuanto el sujeto entra dentro del campo reencuadro y disparo. La profundidad de campo y el enfoque continuo de la cámara suelen ser de gran ayuda pero, aun así, a veces se me escapa algo y no tengo más remedio que arreglar los descosidos de las tomas durante el procesado en PSE.
Diréis que esto me pasa porque soy torpe, pero al no usar teleobjetivos -me gusta la proximidad con el corredor- la escena se llena cuando el sujeto está muy encima mío y entonces, todo sucede muy rápido.  Por todo esto, porque se la dificultad que entraña fotografiar elementos en movimiento, valoro muy positivamente los fotógrafos de naturaleza que son capaces de congelar un ave en pleno vuelo con lo que eso implica de predecir y acertar, muchas veces a la primera, pues tal vez no habrá una segunda oportunidad.
Y todo esto es lo que me viene a la cabeza cuando me topo con fotografías como las de Lumir Koutnik (http://www.photolumir.com) o Jaromir Zebrák (http://www.photozebrak.cz) que requieren grandes dosis de paciencia y predicción para apretar el disparador en el momento justo (Os dejo los enlaces a sus páginas web para que os deleitéis con sus fotos).
La fotografía que hoy os dejo habría sido una bonita foto de naturaleza si el obturador se hubiera disparado 12 segundos antes que es cuando estaban pasando los patos por delante de mí, pero la fortuna quiso que la noche anterior, que estuve haciendo unas fotos nocturnas, me dejara los ajustes de la cámara con el autodisparador retardado 12 segundos de forma que la primera foto de la mañana siguiente al disparar, sonó el maldito pito intermitente anunciando el retardo del disparo y ocasionando que el obturador se accionara justo cuando los patos ya se habían metido entre la vegetación. El único consuelo es que con el otro ojo, el que mantengo abierto, pude observar tan fantástica escena para mi deleite personal. En fin, que no os olvidéis de repasar los ajustes de la cámara siempre que vayáis a iniciar una sesión de fotos.
¡Hasta pronto!
jmartinezbert


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